La disfagia es la dificultad o imposibilidad de tragar, lo que puede acarrear graves problemas para quien la sufre. “No se trata de una enfermedad sino de una sintomatología que puede encontrarse en diversas patologías, por causa neurológica, estructural y/o respiratoria y puede ocasionar complicaciones como son la desnutrición, neumonías (aspiración), deshidratación y obstrucción de la vía aérea superior”, explica Pilar Rey.
El estudio científico realizado conjuntamente con otras compañeras del máster bajo la supervisión de las tutoras Mariana Simão y Marcia Adrião, se ciñe al papel de la intervención logopédica en personas que han padecido o padecen cáncer de cabeza y cuello y, en concreto, en el tratamiento de la disfagia orofaríngea para mejorar su calidad de vida. “El cáncer conlleva implicaciones fisiológicas, diagnósticas y terapéuticas que ocasionan consecuencias emocionales, sociales y psicológicas que afectarán a la calidad de vida de la persona”, explica la logopeda de HM Rosaleda. En los tumores de cabeza y cuello “el tratamiento presenta múltiples repercusiones funcionales a nivel de la deglución, del habla, de la movilidad orofacial, faríngea y laríngea, entre otras”, añade Pilar Rey.
En función del tamaño del tumor, de la existencia o no de metástasis y de las zonas de ganglios afectados se combina cirugía con tratamientos de quimio y radioterapia “que han demostrado los efectos negativos que tienen sobre la base de la lengua, así como en la retracción y elevación de la laringe, repercutiendo en un transporte retardado del bolo con la posibilidad de residuo y aspiración”, indica la especialista.
El 93% de los pacientes mejoraron su calidad de vida
Para los efectos de la intervención logopédica sobre estos pacientes se llevó a cabo un estudio de tipo cuantitativo, observacional y transversal sobre una población de 21 sujetos, el 76,1% hombres y el 23,8% mujeres, con resultados muy relevantes. El 83,3% de los pacientes que recibieron quimioterapia cursaron con disfagia orofaríngea y el 93,3% de los que tuvieron tratamiento logopédico reconocieron una mejora en su calidad de vida.
“Consideramos este estudio como novedoso al no haber suficientes investigaciones recientes y al mostrar que existe una correlación entre calidad de vida y tratamiento logopédico en pacientes con disfagia orofaríngea provocada por este tipo de tumores”, destaca Rey Mourelle. “Se evidencia que los pacientes con tratamiento de quimioterapia cursan con disfagia orofaríngea y se establece, además, la posible relación de la disfagia orofaríngea con la administración conjunta de quimioterapia y radioterapia”.
Asimismo, se demuestra que la rehabilitación logopédica “mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes que han sufrido cáncer de cabeza y cuello, y esto refuerza la necesidad de potenciar la actividad de rehabilitación para este grupo de pacientes”, concluye la especialista.
Tratamientos personalizados
Pilar Rey lleva años trabajando con trastornos de la deglución y terapia miofuncional en HM Rosaleda, donde apuesta por tratamientos personalizados para superar los problemas ocasionados por la disfagia. Además de tumores, es frecuente este problema en accidentes con traumatismo de cabeza y cuello y en pacientes que han sufrido trastornos neurológicos.
El 84% de los pacientes con Parkinson sufre disfagia, así como el 50% de las personas que han tenido un accidente vascular cerebral, el 60% de los que padecen esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y casi la mitad de quienes sufren esclerosis múltiple. A ello se suman muchas otras patologías cuya incidencia va en aumento, como es el caso del ictus, que en España se sitúa en torno a los 200 nuevos casos por 100.000 habitantes.
Un problema que también afecta a la población infantil debido tanto a diversas enfermedades como a inmadurez en la deglución y que, al igual que en los adultos, puede conllevar graves riesgos para la salud. Por todo ello, y a tenor de los resultados obtenidos en este estudio, Pilar Rey recomienda acudir a una consulta especializada tras los primeros síntomas a fin de garantizar una deglución segura y eficaz y evitar complicaciones que pongan en riesgo la salud y calidad de vida de los pacientes.